Hasta pronto Doña Miriam

Buen viaje y hasta pronto Doña Miriam 

Transcurría el año 2007, cuando conocí por vez primera a Doña Miriam de Martínez, mi percepción fue totalmente errónea, pues pensé que ella era maestra o administradora del Colegio Belén, siempre con mis despistes de nacimiento seguí creyendo que ella era autoridad de la institución (pero aclaro que en el fondo sí lo era), cuando ya tuve la oportunidad de tratarla y conocer que solamente era una madre de familia, que de forma voluntaria servía al colegio y a la congregación en general junto con su familia, mi respeto y admiración se acrecentaron por la noble labor que ella realizaba.

Los que más o menos hemos seguido un poco sus pasos de colaborar con el colegio (guardando la distancia sin compararnos con su entrega), sabemos que no es nada fácil dedicarse a servir, que a veces no desgasta el trabajo físico, sino los comentarios mal intencionados de los que no hacen y se molestan porque otro haga.

La niña Miriam como cariñosamente se le llamaba,  fue ejemplo de entrega, dedicación y amor por la Congregación y el Colegio Belén, para todos se nos volvió algo normal que ella nos entregara los libros del colegio, solo los que han estado preparando  los paquetes saben que eso no es algo sencillo de realizar, en la celebración de los intramuros,  ella trabajaba incansablemente junto al equipo encargado de llevar a buen puerto el evento, el resto de padres de familia llegábamos simplemente a disfrutar y compartir de con nuestros hijos.

Ahora ha sido llamada a colaborar en el cielo, a lo mejor Madre Clarita, Madre Andrea, Don Mario, necesitaban ayuda y que mejor que doña Miriam de Martínez para echarles una mano, a este servidor solo le queda desearle buen viaje, y no es un adiós, sino un Hasta Pronto niña Miriam, se le recordará por siempre.